¡¡¡Hola!!!
Sea como fuere... acá estoy...
No me explayaré. No ya. No.
Tan sólo diré: hubo una vez en la que me regalaste una taza... para un cumpleaños mío.
Por esos milagros inexplicables -o no tanto por ellos, sino más bien todo lo contrario- la taza "sobrevivió" años y años. Hasta que hace un buen tiempo se me cayó y agrietó, al punto de tener un goteo que básicamente la inhabilitaba para seguir usándola.
Pero la guardé. Sí.
Hasta que hoy, intentando hacer orden -no me explayaré II, ja- dije "La tiro, ya fue".
La solté en el cesto y rebotó. No se rompió. De nuevo. Lo mismo.
Otra vez, y de más arriba. Volvió a no romperse. Y la última vez.
Tampoco se rompió.
La guardé una vez más.
Y ahí está.
Se pudo haber alterado; ya no-es; si alguna vez lo fue, lo fue por muy poco tiempo -no la usé tanto, esa es una verdad-; pero aún buscándola romper (no adrede la primera vez) no se rompió. No se rompe. No. Y no se va a romper.
...!
p.d.: esa analogía surgió de manera espontántea, en ese mismo momento. No se rompe. No me asombra. Podrá cambiar, no ser como lo fue, caso no pueda ni deba ser como fue -eso es claro- pero no se rompe.
p.d.2: me deja tranquilo que me había olvidado la clave. Supuse que la sabía/recordaba. Error. Tuve que hacer una nueva clave. Aunque suene contradictorio, creo que es lo que debía pasar.
p.d.3: no puedo ni debo asegurar que sea, esta, la última entrada.
¡¡¡Besito!!!
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