viernes, 23 de noviembre de 2007

¡Sin palabras! (literal)

Tu mirada. La bronca. Percibir que te molestaba verme. Que te molestaba que pasara cerca de donde estuvieses.

Reconocerás, igual, que en ningún momento yo te hablé mal, te falté el respeto, me dirigí con bronca... ¡Caballero total! ¡Ja!

Claro, yo estaba seguro de que había sido justo, que tenía en qué basar lo que había hecho. ¡Muchas risitas ahí! Cajitas "perdidas".

Pero cuando al fin tuve las benditas "planillas", reparé especialmente en vos y en tu compañera. ¡Sabés que no te voy a mentir! Al ver sus números, fue instantáneo: "voy a tener que hablar con ellas. Con las dos. Me equivoqué".

¿O la que se había equivocado era mi percepción? Da lo mismo, ¿no? Me acuerdo que los junté a varios, las repartí, y vos me viniste a hablar. Era el día anterior a la auditoría. Como ya te dije, me encaraste. Seria, pero bien:

- ¿Me podés explicar entonces lo de la calificación?
- Sí, ya sé. Iba a hablar con ustedes dos ahora.

Andá a saber qué explicación te di. Lo que sí sé, es que no fue para salir del paso. Te habré dicho que evidentemente me había equivocado, que me había guiado por... ¡percepciones! y no por algo concreto.

La bronca en tu casa. La señora que medio año atrás, más o menos, me había anunciado en un pasillo que su hija... esa señora ¡no me masacró! ¡Zafé! Siempre se puede estar peor!

Claro, después vino todo lo demás. Modificar. Y ¡otro malentendido! Mejor dicho, ¡el primer malentendido! Lo otro había sido un error. Más allá de mi viaje a la quinta para hacerlas lo más tranquilo posible.

Lo justo es justo. Es así. Y más para mi. Sí, más para mi. Nobleza obliga. Y además, acá obligaba lo estrictamente objetivo: no conformidad al margen hacia mi persona, la hice de nuevo.

Y ni siquiera así cambiaste la cara. "Te la firmo, pero sigo sin estar de acuerdo". ¡Qué mujer! ¿Marzo? Probablemente. ¿Ya me habías invitado a ir a bailar por tu zona? No sé. "¿Qué le pasa a esta?". "Ni ahí". En ningún momento consideré la posibilidad de ir. ¿Qué le picó?

La imagen que ilustra la presente entrada es meramente decorativa. La más pertinente, sin duda, sería una que te represente a vos, con el hacha, pero en vez de la pobre pc, mi cabeza. Aceptá que la pegué.

Lo que había estado claro a full, es que fue una época, fueron unas semanas, días, "sin palabras". Y si las había, eran tuyas hacia mí en un tonito para nada amistoso. ¡Te perdono! Jajaja...

1 comentario:

julieta dijo...

Hola leittto!!!! soy yo, creo que me podria atribuir, el decir, la protagonista de esta mini Historia!!!
Muchisimas gracias... por haber creado este blog, me encanto, me super sorprendiate!!!
Gracias, por ser asi conmigo, por quererme, ayudarme, escucharme, conprenderme, levantarme el animo!!! Mil gracias!!
Se que no hay forma de pagar esto, pero t ofresco, que cuentes conmigo simpre, y que sepas que te quieor mcuho, cada dia mas!!!
besitos!!